Carta de don Bernardino Valenzuela Díaz.

Estimado y querido amigo. Dr. Medardo Urbina Burgos.

Reciba usted, mi sincero y afectuoso saludo. A través de la presente quisiera expresar lo que siento: Agradezco a Dios y bendigo  el día en que tuve el honor de conocerle, valoro mucho la enseñanza  que usted generosamente me ha  entregado, con cariño y respeto.

El cariño que usted  siente hacia mí y la gentileza que usted  me demuestra  tienen un valor incalculable en mi corazón y quisiera decirle que ha sido una tremenda bendición para mi vida presente, muchísimas gracias  apreciado amigo.

Permítame tener la osadía, en este instante de mi vida. Hacer un pequeño comentario sobre los preciosos libros que usted me ha regalado. Los cuales han enriquecido mi espíritu y fortalecido mi ser.

**La huella del abtao**, En este maravilloso libro. Pude ver  el amor que usted siente por la naturaleza, el coraje para enfrentar situaciones extremas, rodeadas de peligros que sortea con gallardía un niño de 14 años, luego un joven de 18 años fortaleció su ser sin lugar a duda. Para luego siendo ya un adulto este intrépido y audaz hombre, le permite a un muchacho de 21años (que no es cualquier muchacho) que le acompañe a vivir  experiencias fuerte y ricas en el fortalecimiento espiritual. Aquí yo mi querido amigo puedo ver el infinito amor y respeto que hay en su ser para sus semejantes. (Me pregunto, qué diría su esposa en ese momento).

También puedo decir que veía los lugares y sentía sus olores, mezclándose con la historia que allí se contaba. Explicando con maestría la fauna y flora de ese paraíso .Esto sólo  lo pueden hacer  las personas talentosas y grandes con el lápiz y el papel, para traspasar lo visto, vivido y sentido al lector.

Puedo decir con certeza que estuve con usted en medio del bosque y a orillas del rio abtao.

**Los Desertores**, aquí no sé cómo decir o expresar  mis sentimientos. Desde la maravillosa dedicatoria que usted se dignó darme, hasta poder explicar el camino que usted hizo entre: canales, ríos, rocosos lugares, cueva o cavernas, en medio de la selva y volcanes.

Como un joven estudiante y excelente investigador llega a enfrascarse tanto en esta tremenda y temeraria aventura. Como su innato valor en medio de la montaña lo hace ser audaz pero muy prudente, sin  arrasar invade todo. Relata de una manera magistral y particular frialdad los cadáveres y osamentas que hay en la caverna de Tulcán. En una manera científica describe absolutamente todo: lagartos, tortugas, aves, huevos, en fin.

Me trasladó desde mi cama y me convirtió en un protagonista intrigado por querer saber que hay en la cima. Pero ¿cómo voy a subir? Pero usted lo sabe, lo puede y lo hace. Porfiadamente y sin miedo me invita a recorrer los laberintos y recodos de un viaje lleno de sorpresas y lindos lugares. Un fogón, rico mate y una bella historia del lugar permiten renovar fuerzas y continuar el viaje. Pero yo, mi querido amigo, voy a quedar hasta aquí y bajarme del bote, no me vaya a pillar el diurético que provoco la  jugosa y rica Sandia.

** Si no fuera por la lluvia**. Aquí  hay tres o cuatro cosas que me pasaron  y aprendí. Recuerde señor Urbina, usted está conversando con un  tosco e iletrado hombre que intenta escribir y decir lo que siente y vé.

-No sabía que se puede hacer un libro con solamente fotografías y si estas tienen una nota hecha por el gran Poeta Don Pablo Neruda tomaría un valor incalculable.

-Pude ver el extraordinario talento y minucioso trabajo de Don Carlos, al escribir dos libros en uno. El primero con letras grande ocupa toda la página y el segundo con letra chica al pie de la página. Ambos extraídos  y desmenuzado de varias cartas  y un diario de viaje.

Como el señor Trujillo logra desmarañar fechas, horas y lugares. Dejando muy claro que con constancia, esfuerzo y sacrificio se logran grandes cosas en la vida.

-Aunque este punto no está  implícitamente en el libro, lo está en su entorno. Cuando estaba  leyendo este libro, le vi a usted señor Urbina, cuando se comunicó con su amiga de Chiloé pidiéndole ayuda para dar con la niña María Leginia Nahuelquen Nauil , hoy una mujer. Para pedirle su autorización para poner su foto en la portada, y ella generosamente le autoriza a cambio de, que cuando este libro sea una realidad, usted le dé uno.

Le ví con su amiga en un vehículo llegando hasta cierta parte y desde ahí en adelante  saltando pozas y charcos a través de las piedras. Saltando cercas de mora  para llegar, al fin, donde la  hoy Sra. María, esta maravillosa mujer  recompensa su esfuerzo  compartiendo con usted y su amiga un delicioso mate. Luego  degustamos un exquisito caldillo de marisco, más fresco  que el alba de cada día.

**Las puntas del agua** la verdad sea dicha señor Urbina, en este libro me ocurren cosas muy extrañas. Entiendo muy bien el vocabulario y el ambiente de este cuento (solicitud) lo que me permite disfrutarlo.  Me intriga la tremenda bondad del protagonista, con la impresionante lealtad hacia el patrón.  Pero hay cosas en la vida que no se deben cambiar ni menos tolerar. Que increíble como el señor Teiguel juega y utiliza el honor, el respeto, la dignidad, el amor y un sin número de valores, que deberían estar esculpidos en cada ser humano. Pero don José los utiliza tan bién, que el lector, como es mi caso, solidariza con el protagonista aún no estando de acuerdo. Creo que don José es realmente un genio en este cuento y en todo su estilo.

Me pregunto ¿cómo estará la mente, y el estado de ánimo de don José, cuando escribe estos cuentos? Por ejemplo en aguas impiadosas. Me lo imagino viajando en un laberinto a través de muchos laberintos entrelazados  formando un enmarañado de emociones, aprisionado en un globo a punto de estallar.

Que genialidad la de este señor. Para crear: momentos, situaciones, tiempos. Como sube y baja con las emociones, que manera de poner la pieza precisa (así) en el rompecabezas que está creando y armando en su ser. Yo señor Urbina no sé cómo explicar lo que me ocurre con este gran escritor.

Fíjese usted, señor Urbina. Como describe este señor una familia que vive miserablemente porque no tiene nada más que un profundo amor entre sí, pero sabemos todos que no se vive solo de amor. Es increíble como el señor teiguel, un hombre culto, con un buen pasar describe situaciones de vida tan miserables, de una manera desgarradora, con lo cual lo sitúa en un lugar de privilegio en el mundo literario. Ni hablar de

**Muertes sucesivas**. Que gran imaginación es la de este caballero. Como se ubica en situaciones ficticias y comienza a viajar, deslizándose a través de los conflictos emocionales y de todo tipo, logrando involucrar a sus lectores en sus cuentos. Los zamarrea, los sube y los baja poniéndolos aquí y allá como si nada. En fin un escritor de gran calidad.

Este libro tiene para mí también una real importancia. Ya que  este libro trajo muy buenas  noticias para mí. A usted le agradó mi obsequio y promete lucirlo en sus encuentros campestres. No se imagina la felicidad tremenda que me dió.

Gracias mi querido amigo por su extraordinaria dedicatoria y por su maravillosa noticia. Es cierto señor Urbina, añoro la esperanza de que algún día tenga entre mis manos lo que un día tuve en mi diario vivir.

** Cotidianeidad de los Chilotes** (castro 1940-1949). Antes de conocerle había escuchado hablar de Chiloé, pero nunca había leído sobre esta extraordinaria isla. Usted es el culpable de que yo hoy sea un enamorado de este lindo territorio chileno, muy poco conocido por un gran número de compatriotas.

Con sus exquisitos libros **La huella del abtao  y  los Desertores** sembró en mi  la semilla de conocer más de este bello lugar y linda gente. En una de esas, la vida me regala el privilegio de conocerla personalmente.

Su hermano Rodolfo me condujo por el corazón del pueblo, de su gente. Conocí  sus estratos sociales de la década del cuarenta y jugué a la pelota  en el barro, viaje nuevamente en carretas tiradas por bueyes, me volví  a colar al cine con los niños, volví a masticar miserias, nuevamente alojé con  los animales, o bajo de un árbol, volví a los brazos de un cura.

Con el debido respeto señor Urbina. Yo soy de aquellas personas que cree que el mejor trabajo viene de aquel  que lo ha hecho y lo aprendió haciendo. Su hermano vivió de alguna manera en carne propia la miseria de aquel lugar. Su papá le mostro cómo ayudar a salir de esa situación, con el trabajo que el aportó en el desarrollo de ese pueblo.

Créame señor Urbina  este libro me ha enseñado a valorar aún más  (mi huella), hoy entiendo un poquito más los comentarios que usted un día me hizo cuando le pedí ayuda, para no perder mi esencia ante tantos lindos comentarios que recibí de diferentes personas comprendidas y no comprendidas en el mundo de las letras. Y recuerdo que usted en aquel momento me comentó la historia de un marino Inglés que naufragó en 1740 y que más tarde escribió sus memorias. También me   comentó  sobre un esclavo,  personaje  de los  EE.UU

Hoy más que nunca, le ruego que me disculpe mi enmarañado comentario. Pero que voy hacer, no tengo lo que usted y sus amigos tienen. Yo solo tengo un corazón limpio y un ser extremadamente llorón.

Me despido mi querido amigo con el aprecio y respeto de siempre.

Perdóneme el hecho que no acusara recibo de  su maravilloso libro y generosa colaboración, pero mi salud estaba resentida y mi despensa un  tanto disminuida, pero hoy ha vuelto a brillar el sol y he salido a circulación.

Fraternalmente un abrazo y respeto. Su amigo

Bernardino Valenzuela Díaz.

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