Carta de Neruda sobre el trencito de Chiloé

“…y es por eso que nunca este ferrocarril sería una potencia. 
No era éste aquel coloso negro, brillante, que corajudo pasaría dragoneando hasta la locura los puentes a la eternidad.
No cometió embestidas fatales, no derribó niños ni nocturnos suicidas.
Era éste un tren lluvioso, lento, un delgado hongo húmedo que reptaba por la montaña, la babosa gigante que camuflada de coihue se detenía a oler los arrayanes del riel.
Débil fierrecillo apercancado, oxidado, y en donde los líquenes brotaban a cada parada. Y aunque las sanguijuelas de La Piruquina, trataron de succionar algo de aquella tristeza que emanaba de sus fierros…fue en vano, lo digo porque su vapor era como la sangre del carrilano huilliche, de los ámbitos del cielo…"

Pablo Neruda.
 
La carta de Pablo Neruda -reproducida en el párrafo precedente- está fechada en Ancud en Septiembre de 1925 y está dirigina a Rubén Azócar, gran amigo de Neruda, quien trabajaba en ese entonces en Ancud, como profesor del Liceo. Azócar tenía una hernana: Albertina, de la cual Pablo quedó profundamente enamorado y escribió para ella los "Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada". De esa época pervive esa carta, en la que el vate chileno rememora algún viaje que efectuó en el trencito de trocha angosta entre Ancud y Castro y visceversa, armatoste lento y "apercancado", herrumbroso y oxidado, húmedo y mohoso, cuyos rieles, cubiertos de musgos y hongos no se atrevió a succionar la sanguijuela de " La Piruquina".

 
Algunos años más tarde que 1925, en realidad entre 1948 y 1949, este mismo tren de trocha angosta, lento y mohoso, fue fotografiado y filmado "en colores" por el científico y biólogo marino , Profesor Johan Brattstrom, quien secundado por el Dr. Erick Dahl, dirigió la expedición a la patagonia chilena, de la Universidad de Lund, Suecia, conocida como "Lund University Chile Expedition". De esa época es la filmación que a continuación se entrega, que fuera rescatada por el Sr. Christian Diaz Caballero, quien conociera personalmente a Brattstrom en Bergen, ciudad noruega donde vivíó el profesor durante los últimos años de su vida. El Sr. Christian Diaz Caballero, chileno, nacido en Copiapó, había desarrollado el programa de formación de Cooperativas de campesinos en Chiloé hasta antes de 1973. Posteriormente se desempeñó como arqueólogo en Noruega hasta su jubilación. El entrañable apego a Chiloé, generado por su contacto con la gente de la Isla, le hizo volver a residir en Castro, con su esposa, desde donde nos ha enviado estas imágenes del trencito de trocha angosta de Chiloé, que circuló entre Castro y Ancud entre 1912 y 1960.
 
El Tren de Chiloé
Fotografía extraida del libro "Entre barcos y trenes"
 
 
 
 

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