Las imágenes de Cristian Díaz Caballero

Christian CucaoConocí a Cristian Díaz en la década de 1960. Fue en la ocasión cuando acudí a una sala de calle Thompson en Castro, en compañía de mi amigo de infancia Mario Cerna Rosales. Ambos éramos en ese tiempo sólo unos niños de no más de 12 años y estábamos intrigados por el extraño título del tema de la disertación: “El Eslabón Perdido”, tema del que nos iba a hablar Cristian. Sólo entonces nos dimos cuenta de qué tipo de “eslabón” se trataba. Era Antropología pura, sobre la base de Arqueología pura. Era la historia de la búsqueda arqueológica de los homínidos que precedieron al Homo sapiens en su aparición sobre la superficie del planeta. Cristian nos habló de los hallazgos reales en las rocas de África Central, y por primera vez oímos hablar sobre la Teoría de la Evolución de las Especies, de Charles Darwin.

Su exposición fue tan interesante y tan convincente que mi amigo Mario Cerna y yo, decidimos hacer nuestro particular aporte: haríamos un recorrido por la costa sur de Chiloé en busca de cavernas, conchales y otros sitios de interés arqueológico, lugares que visitaríamos y marcaríamos en un buen mapa. Ese verano materializamos un recorrido desde Castro al sur, visitando las costas, los acantilados, inquiriendo datos entre los pobladores. Así visitamos, Rauco, Chonchi, Queilen, Compu, Yatehue, San Antonio y San Juan de Chadmo, Tranqui, Nepué, Alqui y Centinela, Auchac, Chaiguao, Oqueldan, las islas Coldita, Laitec y Cailín, Quellón. Punta Lapa, Trincao, logrando llegar hasta Yaldad por el sur y trajimos en nuestras mochilas más de 100 piezas de museo recolectadas entre los campesinos de esas latitudes: hachas de piedra, piedras toqui, puntas de flecha, diversos artículos de madera y cacharros de greda antiguos, que los lugareños habían encontrado en los campos de cultivo. Esa colección fue una de las primeras recibidas por el Grupo de Amigos de la Arqueología, que había formado Cristian Díaz y que posteriormente daría forma al Museo Regional de Castro, creado y organizado también por él.

Supimos luego del rescate arqueológico del Conchal Gamboa. En efecto, la Municipalidad de Castro estaba depositando conchilla en los caminillos existentes en la plaza del pueblo. Christian –con la capacidad de observación que lo caracteriza- había identificado algunas lascas y puntas de flecha presentes entre esas conchillas en ¡plena plaza de Castro! No fue difícil saber que ese material provenía del Conchal Gamboa y ese yacimiento arqueológico, vestigio del pueblo chono - que habitó esos territorios australes antes de la llegada de los españoles- ¡estaba siendo destruido por la propia decisión municipal!

Christian Cucao02Christian Díaz y un pequeño grupo de seguidores, entre los que se encontraba el voluntarioso profesor Don “Checho” Haeger y otros, obtuvieron la autorización para cercar el conchal y rescatar de él los restos arqueológicos que se encontraran. Entre otros objetos, había dos esqueletos completos, uno de ellos de una mujer adulta con aros y un collar de conchas marinas alrededor del cuello. Fruto de este trabajo, Cristian Díaz presentó al IV Congreso de Arqueología, celebrado en Santiago, su escrito: ”El poblamiento prehispánico del área insular septentrional chilena”, publicado en 1971 en las Actas del ya mencionado Congreso de Arqueología.

Ya habíamos conocido su interés en preservar los elementos culturales de Chiloé, cuando logró editar tímidamente los Boletines Informativos del Museo Regional de Castro a partir de 1967, primero con un trabajo sobre “Consideraciones del pasado indígena de Chiloé”(Boletín Nº 1) y luego sus sucesivas apariciones de “Bibliografía General de Chiloé”, cuyas ediciones- a partir del Boletín Nº2 en adelante en 1968- fueron y son en la actualidad de gran ayuda para los estudiosos del archipiélago chilote. En ese lejano tiempo, Cristian Díaz trabajaba en el Plan de Fomento Cooperativo de la Universidad de Chile, en estrecha vinculación con los pescadores y campesinos para inculcarles la conveniencia de la organización y trabajo cooperativo en sus respectivas actividades productivas, una filosofía largamente madurada por el pueblo chilote en el ejercicio de las mingas, los medanes y los curantos comunitarios, entre otras actividades de los hombres y mujeres que pueblan nuestro islario.

Fue en ese lejano tiempo cuando sobrevino el Golpe de Estado en 1973 y tanto la Democracia como las libertades individuales y colectivas sufrieron el más duro golpe. El “toque de queda” y el rumor de las botas militares retumbando en las calles desiertas…el ruido de los fusiles y el repiqueteo de las metralletas rompiendo -en la lejanía- el silencio nocturno. Los hogares fueron ahora habitados por la incertidumbre y el miedo… ¿cuándo vendrán por mí? Era ese el tiempo en que se convertía en pecador todo aquel que pensara diferente o más allá de la estrechez de un casco militar. Y el castigo podía ser la reclusión, el exilio y hasta la tortura y la muerte. No había a quién recurrir, a quién pedir ayuda o protección. Los Tribunales de Justicia estaban controlados por el poder imperante.

El 12 de Septiembre de 1973 Cristian fue detenido y relegado al norte de Chile durante un año y luego abandonó el país rumbo a Noruega junto a su familia, en calidad de exiliado. Permaneció en el país nórdico durante 21 años y durante ese tiempo trabajó en la Oficina de Excavaciones Arqueológicas de ese país, colaborando en los trabajos de campo y dibujando los objetos encontrados en sitios que datan de la Edad Media. Nueve volúmenes sobre la Edad Media en la Península Escandinava son el resultado de tales estudios arqueológicos, los cuales contienen entre sus páginas numerosas ilustraciones efectuadas por Cristian Díaz Caballero.

Fue en ese tiempo del exilio cuando continuó con las publicaciones de Bibliografía de Chiloé. De ese entonces data la traducción al español del señero trabajo de John Cooper “The Chono” publicado por primera vez en 1946 por la Smithsonian Institution de Washington y que tuvimos el privilegio de publicar por primera vez en español en el Nº 9 de la revista CHILOÉ (Concepción) en 1988, gracias a la excelente traducción efectuada por Cristian, con las autorizaciones correspondientes de la institución original.

Aunque lejos, Cristian Díaz continuó pensando en Chiloé y envió algunos trabajos que se publicaron en la revista Cultura de & desde Chiloé como “Visitas de piratas holandeses a Castro. El maravilloso viaje de Gaspar Schmalkalden”, Revista Cultura…Nº13-14. 1991.

Mientras permaneció en Noruega, tomó contacto indirecto con el hijo y la familia del Dr. Hans Brattström, profesor y Biólogo Marino que dirigió la Lund University Chile Expedition en 1948-1949, proyecto que materializó la recolección de importante material biológico de los fondos marinos de la Patagonia chilena, de Chiloé al sur, expedición en la que participó activamente el Dr. Nibaldo Bahamonde, chilote, Biólogo Marino de la Universidad de Chile y del Museo Nacional de Historia Natural, como también el Dr. Erik Dahl, co-director del proyecto. El valioso material recolectado en esa expedición permitió la publicación de monografías de los diversos Phyla y Clases de animales marinos existentes desde Chiloé al sur, bajo el nombre de SARSIA, estudios desarrollados por los mejores especialistas del mundo. El Dr. Brattström publicó en Bergen en 1952 su libro “BLI MED TIL CHILE” (“ACOMPÁÑEME A CHILE”) obra que contiene los detalles de la expedición y numerosas fotografías de la época de Chiloé, Puerto Montt, Angelmó y la zona de los canales australes. (Un ejemplar de la edición original me fue obsequiado por el Profesor Dr. Leif Djurfeldt, amigo personal y académico de la universidad de Lund, Suecia).

La relación indirecta de Cristian Díaz Caballero con Hans Brattström, se estableció por medio de los respectivos hijos, quienes se conocieron, se visitaron en sus respectivos hogares y fueron amigos. Por esta vía Cristian tomó conocimiento que en Bergen, en casa del Dr. Brattström había gran variedad de objetos procedentes de Chiloé, incluyendo conchas de choro zapato, ostras, caparazones de jaibas y pancoras, pilguas tejidas con fibras vegetales, como ñocha y junquillo, entre otros, lo que habría llamado la atención al hijo de Cristian Díaz. Por esta vía Brattström regaló a Cristian una buena muestra de fotografías en blanco y negro tomadas en Chiloé entre 1948-1949 y además la única filmación en colores conocida del trencito de trocha angosta existente en Chiloé entre 1912 y 1960, que en su oportunidad publicáramos en un Video junto al libro de Juan Pedro Miranda: “ENTRE BARCOS Y TRENES” Editorial OKELDAN, 2009. (En la conversión de esta cinta a registro en Video, tuvo gran participación Mariana Matthews quien nos contactó con el profesor Arturo Figueroa de la Universidad Austral de Chile, Valdivia, quien efectuó satisfactoriamente la copia, y a quienes agradecemos).

Una vez jubilado en Noruega y ya restituida la Democracia en Chile, Cristian y su familia regresaron a su país de origen y por fortuna decidieron radicarse en Castro, Chiloé, donde la familia conserva el mayor y el mejor de los afectos, el cariño de los chilotes y el reconocimiento de los aportes que nuestro protagonista ha hecho en favor de la cultura del archipiélago y la salvaguarda de alguno de sus más importantes valores patrimoniales como la fundación del Museo Regional de Castro, el salvataje del Conchal Gamboa, entre otros, y últimamente la importante edición de su libro: “IMÁGENES DEL PASADO:CHILOÉ SIGLO XX” Editorial Okeldan,2015, tema trataremos en el próximo comentario.

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