En septiembre de 2004, en Calbuco, don Quemil Ríos Vergara me dio esta grabación digital la cual contiene una transmisión radial titulada “El Ocaso de la Lancha Chilota” escrita por su hijo Quemil Ríos Pérez trágicamente fallecido en un accidente hace ya unos años. La misma fue transmitida en la voz de Miriam Muñoz de la radio Estrella del Sur, posiblemente en 1985. A continuación paso a transcribir dicha transmisión.
Restos de una lancha chilota abandonada en Lleguimán, Chiloé Continental. Foto de A. Martínez
LOCUTORA:
“En el rio Lleguimán varias lanchas veleras esperan el paso de los inviernos. Están varadas en la playa cordillerana sin aparejos, sin remos e incluso desguazadas en una pampa. Solo algunas navegan todavía.”
LANCHA VELERA:
“Por años y años y desde generaciones vengo recorriendo estos mares”
“Mis velas adornaban tormentas y recalmones”
“Aún algunas de mis hermanas siguen cruzando los golfos de esta zona que amamos”
“Como no la vamos a querer si conocemos todos sus puertos, las corrientes, las playas”
“Los nuevos tiempos dicen adiós a las veleras como yo”
“Creo que les pasa a todos, incluso a ustedes los hombres”
“Un abuelo y sus abuelos tiene que haber armado con sus manos mis cuadernas”
“Escogió la roda en el centro de la montaña”
“Ese abuelo ya no está”
“Pasan los tiempos”
Embarcación abandonada en alguna playa de Chiloé, Fotografía de Claudio Mancilla
LOCUTORA:
“Pasan los tiempos y nos van cambiando. De pronto a la vuelta del calendario nos encontramos con que lo que era nuestro ya no está.
NELSON CALBUCURA, patrón de lancha velera habla:
“La lancha que tengo es una de las mejores que está quedando en estos momentos porque ya las otras prácticamente se están deteriorando. Y siempre me he dedicado a lo que es el mar, a navegar con leña, maderas…”
LOCUTORA:
“…carbón, ovejas, un bote. Todo cabe en la bodega generosa y amplia de la velera.”
LOCUTORA:
“Cuando estuvimos en Lleguimán nos dio la impresión de estar visitando un cementerio con mástiles que apuntan, inclinados, al cielo. El pasó de los años y el cambio de rumbo de las actividades de los habitantes nos llevan a tomar la decisión”.
LANCHA VELERA:
“Me miro en el espejo del agua en un día de sol.”
“Soy bella”
“Me gusta ver mis velas”
“Los aparejos que pronto dejaran de prestar su mejor utilidad”
“Servir de nido del viento”
“Que acaricia el rostro del timonel moreno”
“El palo mayor, el foque, la botavara, el timón”
“Los delinques, la caña, todo se dormirá conmigo”
“Hay que rendirle tributo al avance de la ciencia”
“Es cierto que el motor es más rápido”
“Permite una navegación más segura”
“Es cierto todo eso”
“Ah, pero no se olviden que para llegar a eso”
“Todo este tiempo fui una fiel compañera”.
LOCUTORA:
“Jóvenes, adultos y niños prefieren el cambio”
“¿Qué te gusta más, las lanchas a motor o las lanchas a vela?
NIÑO:
“La lancha a motor. ¿Por qué? Porque son más rápidas para andar por el pueblo.
Restos de una lancha chilota abandonada en Lleguimán, Chiloé Continental. Foto de A. Martínez
LOCUTORA:
“Y esa es la opinión generalizada. Es mejor una lancha a motor. Hay que estar a la altura de los tiempos como les pasa a todos los grupos humanos, como dice alguien por ahí. Cuando el tiempo corre y se cambian costumbres es allí cuando tenemos que mantener lo valioso de nuestras culturas, sin negarse al futuro.”
LANCHERO:
“La pesca ha dejado a las lanchas tiradas arriba por la pesca, porque todos quieren tener su botecito a motor. Ya después no le gustan las veleras. Entonces ese es el motivo por el que están quedando arriba, varadas. Aquí había como algo de veinte a veinticinco lanchas, había.”
LANCHA VELERA:
“Ahora yo, princesa de madera y trapo de estos mares sureños”
“Duermo mis últimas jornadas en un estero pequeñito”
“El mismo donde llegaba segura y ufana con mi tripulación”
“Traíamos las faltas, habíamos llevado carbón, leña, alerce”
“Cargaba hasta el alma de mis marinos”
“Esos mismos que se apensionaban lejos de sus tierras”
“En este pequeño estero duermo”
“Me voy desgajando poco a poco”
“La muerte se acerca”
“Viene lenta como cuando navegaba en días de sol”
“Nuevas generaciones conocerán de mis andanzas”
“Si navegaste conmigo tienes la obligación de recordarme”
“No pido nada más”
LOCUTORA:
“Con el correr de los inviernos la navegación a vela será casi una leyenda. Un abuelo cordillerano contará a sus nietos como se navegaba con el viento, cuando se partía de las plomizas arenas de Lleguimán.”
Restos de una lancha chilota abandonada en Lleguimán, Chiloé Continental. Foto de A. Martínez
Esta añosa mujer chilota -captada por el lente mágico de Claudio Mancilla- de mirada triste y pensativa, parece reflejar en su expresión la profunda nostalgia porque ya no se verán más esas hermosas lanchas chilotas surcando las aguas de nuestros canales insulares.